Cuando convivimos en espacios de reunión, como es el ciberespacio, nos vamos haciendo amigos, que a veces se transforman en parte de tu familia. Es como sentarse juntos a una misma mesa.
Aunque soy hijo único y seguramente esto me ha marcado, en un sinnúmero de facetas de mi personalidad, he compartido siempre con amigos y más ahora que encuentras un punto común, un tema que te apasiona desde el comienzo. A pesar de vivir en un mundo sobrecargado de información y con una cultura que privilegia los valores básicos del ser humano, en desmedro de los que realmente te aportan, hacen bién y liberan, creo que es bueno, contar con medios que te acerquen a los amigos que comparten como tú, la misma pasión. Mejor aún si trasciende el círculo de los cercanos y se adentra, entre los que solo despiertan su curiosidad a temas, que no les son para nada familiares, brindandoles la oportunidad de conocer a los que componemos esta opción cultural.
Nada se compara con esta oportunidad de llegar a tantas personas desde el escritorio de tu casa o sentado en algún lugar, contemplando el paisaje y compartiendo virtualmente, al ser humano que llevamos.
Lo interesante es que aquí, es ridiculo esconderse en tus planteamientos y podemos ser lo directo que queramos en nuestras intenciones y discursos. Teniendo en cuenta que somos todos iguales, pero que hacemos la diferencia, con lo que llevamos dentro, lo que otros sembraron quizá, o lo que aprendimos y pusimos en práctica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario