EN EL DÉCIMO CONGRESO FELAB 2012 SAO PAULO
Participar de un evento donde se demuestra el proceso creativo, a partir de una planta con escaso o muy poco entrenamiento, es un desafío para cualquiera, que aunque algunos lo salven mejor que otros, me deja con sabor a poco para expresar, lo que un bonsai en su esencia es para mi. Es ese gustillo de sentarse a contemplar con toda calma, las armonías y relaciones que te sugieren las ramas o el tronco o muchos otros detalles, que hacen de la práctica del bonsai, lo que en verdad tiene sentido para mi y es vivir ese momento, donde se detiene todo y te quedas frente al árbol, para decidir si es el momento adecuado para modelarlo o dejarlo un tanto mas hasta que alcance su momento, quizás plantarlo en el jardín en espera de un mejor momento, en fin quien sabe si te decidas por dejarlo allí plantado.
En una demostración tienes tres horas para convertir esa planta, en lo que entendemos como la forma de un bonsai, con todas las artes y mañas de las que dispongas. No quiere decir que pase esto siempre que se demuestra sobre el escenario, el proceso artístico del modelado de un pre bonsai, pero es justo esto lo que hace la diferencia y es que se trabaja con un árbol que se ha educado, con mucha dedicación para que llegue a esas instancias. Este árbol preparado, puede ser o no un yamadori, con la salvedad de que tiene las condiciones de salud y de opciones para un diseño, que permita que un maestro lo trabaje.
Es deseable que esto sea posible, para disfrutar de buena gana, lo que un maestro te pueda enseñar.